lunes, 16 de enero de 2012

Las Aventuras Cinematográficas de Martín Celuloide!

De los trabajos que tengo en la actualidad, uno de los que más disfruto es escribir Las Aventuras Cinematográficas de Martín Celuloide
No es para menos: amo el cine; amo la historieta; amo a Gerardo Baró y amo a la revista La Cosa. Si juntamos todo eso, el resultado es alegría pura.
La cuestión sucedió como suceden a veces las buenas historias: de casualidad. 
En el año 2010 fui jurado del Festival Internacional de Cine Fantástico Buenos Aires Rojo Sangre (BARS, para los íntimos) y pegué onda con el presidente del jurado: Leo González, por entonces Jefe de Redacción de la revista La Cosa. (Nota: ¿les dije que escribí un libro sobre películas de zombies y otro sobre películas de vampiros? Si. Soy una especie de freak del cine de terror). No hizo falta mucho para que nos enlacemos con "el presi" en magníficas discusiones cinéfilas/políticas/filosóficas. Somos gente seria.
De ahí al "preparate una historieta sobre cine y vemos si nos gusta", fue sólo un trecho.
Y entonces lo llamé a Baró porque es un genial ilustrador (nota: ¿leyeron Las Aventuras de Fede y Tomate? Les prometo que les va a gustar) y porque en su facebook solía poner maravillosos comentarios sobre películas. Me dijo que "vamos", y fuimos. 
Escribí, inicialmente, una historia sobre la muerte del esteta y director de cine de vampiros francés Jean Rollin y Geb la dibujó. En la redacción les pareció buena, pero demasiado hermética ("a Jean Rollin lo conocemos nosotros y diez más"). Que probemos con algo "más para todo público". Y ahí nació Martín Celuloide: un chico que no sabe muy bien qué hacer con su vida y encuentra su balsa de rescate en las películas y el mundo que las rodea.
Hacemos, desde hace diez meses, historietas sobre un tipo al que le gustan las películas y las publicamos en la revista La Cosa.
¿Qué mas se puede pedir?

sábado, 7 de enero de 2012

Ricardito Minipyme!

Hace ya algunos meses, un editor me llamó para preguntarme si me gustaría escribir una serie de tiras diarias para una nueva movida que iniciaba la Distribuidora de Noticias Telam.
"Tiene que suceder dentro de una pyme" me dijo el editor, y un poco me asusté. "La dibujaría Enrique Alcatena" completó, y no hizo falta más.
Quique Alcatena es uno de mis héroes dentro del mundo de la historieta. Un fuera de serie. Un talento único. Una imaginería desbordante. Un tipo genial.
Habíamos trabajado juntos en un libro que contaba la vida, obra y muerte de Jim Morrison (de pronta aparición) y eso me había convencido de que yo quería trabajar con un tipo como Quique por el resto de mi vida. "Placer" es la palabra que me viene ahora a la mente, por lo que no voy a buscar otras más intelectuales.
Retomando, teníamos que hacer una tira diaria sobre un muchacho que trabaja en una "pequeña y mediana empresa". Todos aquellos que conocen el talento de Alcatena saben que es la gloria verlo plasmar en el papel mundos y criaturas, por lo que sentía que hacer una "costumbrista" no iba a ser lo adecuando. "¿Y si hacemos que la pyme fabrique robots?" se le ocurrió a él o a mí. Y a Lautaro Ortiz (el editor en cuestión) le encantó.
Desde el vamos se sumó al plantel otro peso pesado: Silvestre Szilágyi, que le puso su toque y experiencia a este experimento que estaba naciendo.
Lo del nombre fue otro cantar. Comenzó siendo "Argentina Potencia", luego mutó por "Pie de Plomo" y otros tantos que ahora no recuerdo. Fue el director de Telam el que lo bautizó finalmente: Ricardito, Minipyme. Debo reconocer que al principio el nombre me despertó una sonrisa. Después me acostumbré a él. Ahora no me lo imagino llamándose de otra manera. Ricardito Minipyme. Repítanlo mil veces, van a ver que se les queda. Y hasta les va a sonar bien y todo.
Por otro lado... ¿No es "Rolo, el Marciano Adoptivo" un nombre que al principio nos sonaba extraño hasta que lo aceptamos y chau?
La cuestión es que me puse a escribir y Alcatena y Szilágyi revolvieron los calderos con su alquimia.
Este joven que empezaba a trabajar en una pyme que fabrica robots se volvió día a día más descontracturado y divertido. Las aventuras se me agolpaban en la cabeza y había veces en que, cuando me sentaba a escribirlas, ya me las había olvidado por completo.
A un mes de comenzado el proyecto, los rumores hablan de "buena respuesta". Será cuestión de esperar para ver si esta pyme que fabrica robots y su nuevo empleado (un tal Ricardito) dan los pasos adecuados.
Yo, les aviso, me estoy divirtiendo como un pibe escribiendo estas tiras.
¿Quieren pasar y leerlas todas de un tirón? No tienen más que hacer clic aquí.